En el corazón de Mocorito, Sinaloa, uno de los Pueblos Mágicos más emblemáticos del noroeste de México, se encuentra un museo que no solo rinde homenaje a una de las agrupaciones más influyentes de la música regional mexicana, sino que también preserva un legado cultural que ha cruzado fronteras. El Museo Los Tigres del Norte, inaugurado hace apenas un año, ha captado la atención de visitantes nacionales e internacionales que buscan sumergirse en la historia de estos íconos de la música norteña.
Los Tigres del Norte, integrados por los hermanos Hernández —Jorge, Hernán, Eduardo, Luis— y su primo Oscar Lara, comenzaron su trayectoria musical en 1968 en Rosa Morada, una comunidad perteneciente al municipio de Mocorito. Desde sus primeros pasos hasta su consolidación internacional tras emigrar a California, su música ha narrado historias de amor, lucha, migración y justicia social, convirtiéndose en una voz del pueblo. Éxitos como La Puerta Negra, Contrabando y Traición o Jefe de Jefes son ya himnos populares y parte del acervo musical de América Latina.
El museo ofrece una experiencia inmersiva desde el primer momento. El recorrido comienza simbólicamente con una recreación de La Puerta Negra, que da la bienvenida a los visitantes. A partir de ahí, la historia de Los Tigres del Norte se despliega a través de una línea del tiempo interactiva, apoyada con tecnología audiovisual que permite explorar a fondo los momentos clave de su carrera, desde sus primeras grabaciones hasta sus actuaciones en escenarios de talla internacional.
Con más de 500 piezas originales en exhibición, el museo expone una valiosa colección que incluye instrumentos característicos como el tololoche de Hernán, el saxofón de Eduardo, la tarola de Oscar y el bajo forrado en piel de tigre, además de vestuario de giras, álbumes en formato casete y vinilo, premios internacionales como los Grammy y Billboard, y objetos cargados de simbolismo como el letrero de su calle en Chicago o la proclamación del “Día de Los Tigres del Norte” en Las Vegas.
Entre sus espacios más destacados se encuentra una fonoteca interactiva que permite escuchar toda la discografía del grupo mientras se visualizan las portadas de sus álbumes. Además, hay una sala tipo cine donde se proyectan sus conciertos más emblemáticos, y una galería de exposiciones temporales que se renueva con cada visita, haciendo de la experiencia algo dinámico y en constante evolución.
Pero el museo va más allá del tributo a una banda: es también un esfuerzo por preservar y difundir la música regional mexicana, un género que ha sido puente entre generaciones y comunidades. Además, se reconoce el impacto social del grupo, cuyas letras han abordado temas migratorios, desigualdad y violencia, estableciendo un diálogo constante con las realidades que viven millones de personas.
El acceso al museo es accesible: la entrada general cuesta 80 pesos, mientras que los habitantes de Mocorito pagan 50. Estudiantes, niños menores de 12 años y personas con discapacidad pueden ingresar por solo 30 pesos, lo que facilita que todos puedan acercarse a esta historia viva de la música.
Finalmente, visitar el Museo Los Tigres del Norte es también una oportunidad para descubrir los múltiples encantos de Mocorito. Desde su iglesia centenaria y sus calles de arquitectura colonial, hasta los campos de girasoles, el tradicional chilorio y la hospitalidad de su gente, este Pueblo Mágico ofrece una experiencia turística completa donde se entrelazan historia, sabor y orgullo cultural.
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